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domingo, 25 de diciembre de 2011

sanación





Sanación
Tú cargas tu herida. Con el ego todo tu ser es una herida. Y tú la llevas contigo. Nadie tiene interés en hacerte daño. Nadie está interesado en herirte intencionalmente; todo el mundo está ocupado en salvaguardar sus propias heridas. ¿Quién tiene pues la energía para hacerlo? Pero aún así sucede, porque estás tan dispuesto a que se te hieran, tan dispuesto, solamente esperando, deseoso que suceda, cualquier cosa.
Tu no puedes tocar a un hombre del Tao. ¿Por qué? Porque no hay nadie a quien tocar, no hay herida. Él está sano, curado, es uno. Esta palabra total es hermosa. La palabra curar viene de total y la palabra sagrado también viene de total (del inglés heal y whole). Él es total, está curado, es sagrado.
Permanece atento a tu herida. No le ayudes a crecer, deja que se cure; y será curada únicamente cuando vayas a las raíces. Cuanto menos estés en la cabeza, más se curará la herida. Sin cabeza no hay herida. Vive una vida sin cabeza. Desplázate como un ser total y acepta las cosas.
Sólo por veinticuatro horas inténtalo: aceptación total, suceda lo que suceda. Alguno te insulta; acéptalo, no reacciones y observa lo que sucede. De repente sentirás una energía fluyendo en ti que no has sentido antes.


Comentario:
Es una época en la cual las heridas profundamente enterradas del pasado salen a la superficie, listas y dispuestas a ser curadas.
La figura en esta carta está desnuda, vulnerable, abierta al toque amoroso de la existencia. El aura alrededor de su cuerpo está llena de luz y, la cualidad de relajación, de cuidado y amor que le rodea, disuelve su lucha y sufrimiento. Lotos de luz aparecen en su cuerpo físico y alrededor de los cuerpos sutiles de energía que dicen los curadores que nos rodean. En cada uno de estos niveles sutiles aparece un cristal curativo o un patrón.
Cuando estamos bajo la influencia curativa del Rey del Agua, ya no nos ocultamos más de nosotros mismos o de otros. En esta actitud de apertura y aceptación podemos ser curados y ayudar a otros a estar sanos y totales.

jueves, 22 de diciembre de 2011

el creador




El Creador
Hay dos tipos de creadores en el mundo. Un tipo de creador trabaja con objetos - un poeta, un pintor, ellos trabajan con objetos, ellos crean cosas. El otro tipo de creador, el místico, se crea a sí mismo. El no trabaja con objetos, él trabaja con el sujeto; trabaja en sí mismo, en su propio ser. Y él es el verdadero creador, el verdadero poeta, porque se convierte a sí mismo en una obra maestra.
Tu estás llevando una obra maestra dentro de ti, pero estás obstruyendo el camino. Quítate a un lado, entonces la obra maestra será revelada. Todos son obras maestras, porque Dios nunca da nacimiento a nada menor que eso. Todos llevan esa obra maestra escondida por muchas vidas, sin saber quienes son e intentando, sólo en la superficie, ser alguien.
Suelta la idea de llegar a ser alguien, porque ya eres una obra maestra. No puedes ser mejorado. Sólo tienes que llegar a él, conocerlo, realizarlo. Dios mismo te ha creado; no puedes ser mejorado.

Comentario
El maestro Zen de este naipe ha manejado la energía del fuego y es capaz de usarlo para la creatividad en vez de la destrucción. Él nos invita a reconocer y participar con él en la comprensión que es de aquellos que han dominado los fuegos de la pasión, sin reprimirlos ni permitiendo que se tornen destructivos y desequilibrados. Él está tan integrado que ya no hay ninguna diferencia entre quien es él por dentro y quien es él por fuera. Él ofrece este don de la comprensión y la integración a todos aquellos que vienen a el, entregando el don de la luz creativa que surge desde el centro de su ser.
El Rey del Fuego nos dice que cualquier cosa que emprendamos ahora, con la comprensión que viene de la madurez, enriquecerá nuestras vidas y las de los demás. Usando todas las herramientas que tienes, todo lo que has aprendido de tu propia experiencia de vida, ya es tiempo que expreses lo tuyo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

soledad




Soledad
Cuando tú estás solo, no estás desolado, estás simplemente solo – y hay una tremenda diferencia entre soledad y desolación. Cuando tú estás desolado estás pensando en el otro, extrañas al otro.
La desolación es un estado negativo. Tú sientes que estarías mejor si el otro estuviera ahí – tu amigo, tu esposa, tu madre, tu amado, tu esposo. Hubieras estado bien si el otro hubiera estado, pero no está. La desolación es la ausencia del otro.
Soledad es la presencia de uno mismo. La soledad es muy positiva. Es una presencia, una desbordante presencia. Tú estás tan lleno de presencia que puedes llenar el universo entero con tu presencia y no hay necesidad de nadie.

Comentario
Cuando no hay un “otro significativo” en nuestras vidas podemos ya sea sentirnos desolados, o disfrutar la libertad que la soledad trae consigo. Cuando no encontramos apoyo entre los otros para nuestras verdades más profundas, podemos ya sea sentirnos desolados y amargados, o celebrar el hecho de que nuestra visión es lo suficientemente fuerte incluso para sobrevivir la humana y poderosa necesidad de aprobación de la familia, amigos o colegas.
Si tú estás enfrentando una situación así ahora, sé consciente de cómo estás eligiendo ver tu aislamiento y toma responsabilidad de la elección que has hecho.
La humilde figura en esta carta brilla con una luz que emana de su interior. Una de las contribuciones más importantes de Gautama Buda a la vida espiritual de la humanidad fue el insistir a sus discípulos, “Sé una luz para ti mismo.” Esencialmente, cada uno de nosotros debe desarrollar dentro de sí la capacidad de encontrar nuestro camino a través de la oscuridad sin ninguna compañía, sin mapas o guías.