jueves, 3 de febrero de 2011
todavía no estoy listo; necesito más tiempo
El ego siempre necesita más tiempo. El perenne estribillo del ego frente al llamado del Absoluto es: "Todavía no estoy listo; necesito más tiempo". Y siempre suena tan razonable... desde una perspectiva relativa. Ahora bien, desde una perspectiva absoluta no hay tiempo. Y el llamado del espíritu, el llamado del Verdadero Ser —el mandato de evolucionar hacia un estado superior de conciencia viene de una dimensión absoluta donde el tiempo no existe. Una vez más, el Absoluto nunca escucha los alegatos del ego. Su incesante estribillo es: "Cada momento que titubeas, te mantienes alejado de mí". Su constante demanda es siempre: "¡Ahora!" y el ego sigue insistiendo: "No, no estoy listo". Éste es el drama espiritual que se ha representado entre el hombre y Dios desde hace miles de años; entre el sentido individual del yo y el llamado del Absoluto. En total, la vida espiritual consiste en entregarse incondicionalmente a ese llamado, y esto significa el final del tiempo, el final de tu tiempo. En esto consiste el drama espiritual, en la dinámica tensión entre las inacabables excusas del ego y el llamado del Absoluto a la sumisión incondicional.