sábado, 11 de septiembre de 2010
había una vez una flor
Había una vez una flor, una piedra, un cristal, una reina, un rey, un palacio, un amante y su amada, en algún lugar, hace mucho, mucho tiempo, en una isla en medio del océano, hace cinco mil años.
De esa especie es el amor, la flor mística del alma.
Ese es el centro del sí mismo.