Has sufrido tormentos
pero aún así sigues estando lejos de Dios,
porque no has alcanzado
tu objetivo de destruir al yo.
Tus tormentos no cesarán
hasta que perezcas.
No puedes llegar al tejado
a no ser que asciendas por la escalera.
Si faltan dos travesaños
no podrás subir por ella,
si la cuerda del pozo es demasiado corta
el cubo no llegará al agua.