miércoles, 23 de marzo de 2011
he perdido todo lo que había conseguido
Un joven dice: He perdido todo lo que había conseguido. Una enorme tristeza me invade y no puedo percibir su final – ¿o es que no tiene final?
Muchos te envidiarán. El saber que todo ha fallado es el comienzo de un nuevo viaje. El saber que “Todo lo que he conseguido se ha perdido” es el comienzo de una nueva búsqueda de algo que no se puede perder. Cuando uno está completamente desilusionado del mundo y todos sus éxitos, sólo entonces uno se vuelve espiritual.
Quizás no estés todavía consciente de ello, pero hay algo que se está agitando, una nueva alegría está surgiendo tras la cortina de la tristeza – la alegría de una nueva búsqueda, de una nueva aventura, de una nueva vida, de una nueva forma de ser.
“No puedo percibir su final – ¿o es que no tiene fin?”
Hay un principio de la mente y hay un final de la mente, hay un principio del ego y hay un final del ego, pero no hay un principio para ti y un final para ti. Y no hay un principio para el misterio de la existencia y no hay final para ti. Es un proceso continuo. Más y más misterios te están esperando, de ahí la emoción y el éxtasis.
Siéntete extático al saber que la vida no tiene fin, que cuando has alcanzado una cima, de repente otra cima te está retando – una más alta, más difícil de escalar, más peligrosa de alcanzar. Y cuando has llegado a esa otra cima, habrá otra; una tras otra. Son los eternos Himalayas de la vida.
Sólo piensa en un punto al que en algún momento llegaste, y del cual ya no queda nada. Estarías entonces completamente aburrido; ¡el aburrimiento sería entonces tu único destino! Y la vida no es aburrimiento, es una danza. La vida no es aburrimiento, es júbilo, exuberancia.
Muchas cosas van a ocurrir, y muchas cosas siempre quedarán por ocurrir. El misterio nunca termina, no puede terminar. Por eso se le llama misterio, ni siquiera puede ser conocido. Nunca se convertirá en conocimiento, por eso se le llama misterio, algo en él es eternamente escurridizo. Y en esto radica toda la alegría de la vida. El gran esplendor de la vida es que te mantiene eternamente ocupado, buscando, explorando. La vida es exploración, la vida es aventura.
El éxtasis es nuestra propia naturaleza; no estar extático es sencillamente innecesario. Estar extático es natural, espontáneo. Estar extático no requiere ningún esfuerzo, se necesita de un gran esfuerzo para sentirse desdichado.
Por eso te ves tan cansado, porque el sufrimiento es en verdad un trabajo pesado; mantenerlo es realmente difícil; porque estás haciendo algo en contra de la naturaleza. Estás yendo contra corriente – esto es el sufrimiento.
¿Y qué es la dicha? Ir con la corriente – tanto así que toda separación entre tú y el río simplemente se pierde. Tú eres el río. ¿Cómo puede ser difícil? Para dejarte llevar por la corriente no necesitas nadar; simplemente flotas en la superficie del río y la corriente te lleva hacia el océano. La corriente te empuja de forma natural hacia el océano.
La vida es un río. No la fuerces y jamás te sentirás desdichado.