La vida existe porque hay muerte.
La muerte le da intensidad a la vida,
la muerte desafía a la vida.
Te provoca para que vivas
y para que vivas al máximo,
de manera óptima;
porque,
¿quién sabe...?,
puede que no haya mañana.
La muerte siempre está provocándote,
acuciándote a vivir,
y a vivir con totalidad.
Entonces la muerte no está en contra de la vida,
sino que es una amiga.