domingo, 14 de agosto de 2011
tengo que merecerme a mí mismo
Y por sobre todo he aprendido a pararme y a caminar y a correr y a saltar y a trepar y a bailar.
Mi espera no está vacía.
Mi espera está llena de canciones, llena de música y de danzas.
Me estoy esperando a mí mismo. Estoy preparando una gran bienvenida para mí mismo.
Mi espera no es triste, mi espera no es negativa, mi espera no es desesperanzada; mi espera está llena de esperanza, de tremenda esperanza.
Yo sé que por oscura que sea la noche, vendrá el amanecer. Por largo que sea el tiempo que tenga que esperar, no estoy gastando mi tiempo mientras espero. Estoy usando mi tiempo tan creativamente como puedo, porque tengo que estar listo para darme la bienvenida, tengo que merecerme a mí mismo.