martes, 11 de octubre de 2011

oración sioux




¡Oh gran espíritu! cuya voz oigo en el viento, y cuyo respiro da vida a todo el universo. ¡Óyeme! Soy pequeño y débil, uno de tus muchos hijos. Déjame pasear en la belleza y permíteme que mis ojos siempre puedan contemplar el rojo y el púrpura de la puesta del sol. Haz que mis manos respeten las muchas cosas que tú has creado y agudiza mis oídos para oír tu voz. Hazme sabio para comprender todas las lecciones que tú has escondido detrás de cada hoja y de cada roca. Dame fuerza, no para ser más fuerte que mi hermano, sino para luchar contra mi peor enemigo: yo mismo. Y hazme siempre listo para ir ante ti con las manos limpias y la mirada recta, para que cuando la luz se desvanezca, como se desvanece la puesta de sol, mi espíritu pueda llegar ante ti sin ninguna vergüenza. Ahó Metakuyasein.