martes, 19 de octubre de 2010

kairos y kronos




Cuando el amor es una presencia activa, nos mantenemos concentrados en lo que hacemos y con quienes estamos. El tiempo adopta una naturaleza diferente, y a menudo nos olvidamos de el. Recuerda como transcurría el tiempo al estar enamorados: las horas se sucedían como minutos, los minutos solían parecer horas, el tiempo podía detenerse. Esto ocurre cuando abordamos algo que colma nuestra naturaleza espiritual o anímica.
Los griegos tenían dos palabras para designar el tiempo: kairos y kronos. Cuando formamos parte del tiempo y, por lo tanto, perdemos el sentido de la sucesión cronológica, nos sumimos en el kairos; estamos completamente concentrados en el momento presente, que en realidad puede ocupar muchas horas. Cuando estamos enamorados de una persona o actividad, cuando algo nos absorbe, nos involucra y nos fascina, ingresamos en el kairos. La creatividad que hunde sus raíces en las profundidades permitiendo a la persona convertirse en el espíritu que llevará las palabras, la música o las respuestas, acontece en el kairos, así como la recepción de las palabras o la música que parecen manar de nosotros mismos: "es una música tan profundamente sentida que no es música en absoluto, pero tú eres la música mientras ésta dura".
Kairos es un tiempo que nutre el espíritu. Aquello que acometemos en el kairos nos resulta espiritualmente satisfactorio. Si arranco las malas hierbas y planto flores en primavera, sólo existe la tierra bajo mis rodillas, nada más puebla mi mente; al practicar el submarinismo en las templadas y seguras aguas del Caribe, yo también soy como un pez: mis ojos siguen fácilmente a un hermoso pez, se demoran en los contornos de una formación coralina u observan una nube de pececillos translúcidos. A veces, preparar un guisado en un día frío y neblinoso me transporta al kairos. Casi todo el mundo tiene recursos equivalentes. Si pienso en las personas que conozco, hay quien recurre al bordado, la costura, cortar leña, pescar, arreglar el motor de un coche, tocar el bajo, dibujar e incluso limpiar la casa. Algo que para algunos es una carga onerosa, pesada o aburrida, resultaría feliz y armonioso para otros.
Qué te transporta al kairos? Cuándo pierdes la noción del tiempo? Qué estimula tu espíritu?
Según el parecer de los demás (según sus juicios externos y tal como nos imaginamos éstos), concentrarnos en estas actividades improductivas significa perder un tiempo muy valioso, en lugar de suponer una riqueza en sí mismas. La práctica de aquietar la propia mente es uno de los objetivos de la meditación; constituye la esencia de cualquier actividad espiritualmente estimulante. Cuando hacemos esto, se da una "condición de absoluta sencillez (su precio es incalculable)".
En el kairos, sólo hay momento presente. Para disponer de él hemos de desprendernos de todo lo demás.

La segunda acepción de la palabra tiempo, kronos, hace referencia al tiempo mensurable. Es lo que normalmente queremos decir cuando pensamos en el tiempo. Es el tiempo del calendario, del reloj, de la fecha límite; es un tiempo que medimos y en el cual insertamos nuestras citas; es la agenda sin la cual estamos perdidos; es aquello que siempre nos parece insuficiente para todas las cosas que tenemos que hacer. Lo que nos angustia en clase cuando queremos que termine o que concluya el semestre. Tenemos la palabra cronómetro, un nombre para un tipo de relojes, derivados de chronos; también llamamos así a Chronos o Kronos, el dios griego que devoraba a sus hijos tan pronto nacían. Kronos está simbolizado por un recién nacido que nace el 1 de enero de cada año y acaba como una anciano encorvado el 31 de diciembre; el padre tiempo. Kronos es un tiempo lineal, con el que nos ponemos en deuda con los demás, equiparándolo a menudo con el dinero en la fórmula " El tiempo es oro".

Si sólo trabajas por tu sueldo, si has de estar en algún lugar por obligación pero desearías encontrarte en otro sitio, si da la impresión de que te arrastras por el tiempo en lugar de vivir, la vida cotidiana se convierte en yugo. En cambio si realizas un trabajo que te implica en cuerpo y alma, que es importante para tí y en el que empleas tus aptitudes, entonces no importa lo difícil o exigente que sea, tu trabajo será creativo y te reportará momentos de deleite cuando descubras algo en que no habías caído y de lo que participas activamente. Encontrar ese trabajo es una de las respuestas a la pregunta "Qué tipo de vida hará que me alegre levantarme?".

Sólo tú y nadie más, puede responder a las preguntas formuladas por LeShan. Comprender la noción de kairos frente a kronos es un comienzo, un modo de identificar lo que reporta beneficios espirituales a partir de tu propia experiencia.
Al realizar tareas que son sencillas, creativas, contemplativas y satisfactorias, tal vez recuerdes lo que una vez amaste y procures que tu memoria te muestre otras fuentes de sentido.
En la vida cotidiana, la propia experiencia del kairos produce un efecto de concentración, lo que de hecho nos imbuye de la sensación de estar en armonía con nosotros mismos y de tener un lugar en el universo. Todo aquello que aliente nuestro espíritu y nos abstraiga se da en el kairos. Aquellos que elijamos hacer a partir de un centro interior, el alma o el Sí mismo, tendrá más probabilidades de colmarnos de entusiasmo y exaltación. Al prestar atención al alma, hallamos nuestro giroscopio interno, gracias al cual respondemos sinceramente a lo que nos resulta significativo.
Al advertir que somos seres espirituales en un camino humano, y verdaderamente concebimos la vida como un viaje espiritual, poseemos un conocimiento interior. Esto supone, asimismo, un cambio drástico de perspectiva: pasamos de preocuparnos por lo que piensen de nosotros los proverbiales vecinos a lo que realmente nos importa. Impelidas por las expectativas de los padres, por la necesidad de compensar la baja autoestima, por la interiorización de deberes y responsabilidades, hay personas exitosas que nunca se han preguntado si hacían lo que realmente querían hacer con sus vidas hasta que algo, vino a interumpir su camino.