jueves, 12 de mayo de 2011

el mejor momento es el momento presente




Existen varias técnicas respiratorias que se pueden usar para que la vida se vuelva más vívida y gozosa. El primer ejercicio es muy simple. Cuando se inhala, decir para sí: “Al inhalar, soy consciente de que inhalo”. Y al exhalar, decir “Al exhalar, soy consciente de que exhalo”. Sólo eso. Uno reconoce su inhalación como una inspiración y a su exhalación como espiración. Ni siguiera es necesario recitar toda la frase; es posible usar sólo dos palabras: “Adentro”, y “afuera”. Esta técnica puede ayudarnos a concentrarnos en la respiración. Al practicarla, nuestra respiración se volverá suave y apacible, y nuestro cuerpo y nuestra mente también se volverán suaves y apacibles. En tan sólo unos pocos minutos uno puede percibir el fruto de la meditación.

Aquí hay otro ejercicio simple de probar: Recite estas cuatro líneas en silencio al inspirar y al exhalar.

Al inhalar, aquieto mi cuerpo.

Al exhalar, sonrío.

Habitar el momento presente

es hacerlo un momento maravilloso.

“Al inhalar, aquieto mi cuerpo”.
Recitar esta línea es como tomar un vaso de limonada fría en un día de calor: uno puede sentir cómo lo invade la frescura.
Cuando inspiro y recito esta línea realmente siento cómo mi respiración aquieta mi cuerpo y mi mente.

“Al exhalar, sonrío” ¿Sabía que una sonrisa es capaz de relajar cientos de músculos faciales? Llevar una sonrisa en la cara es un signo de que uno es amo de sí mismo.

“Habitar el momento presente”. Aquí sentado, no pienso en otra cosa. Estoy sentado aquí, y sé exactamente dónde estoy. Es un placer sentarse, estable y tranquilo, volver a la propia respiración, a la propia sonrisa, a nuestra verdadera naturaleza. Nuestra cita con la vida es en este momento. Si no tenemos paz y alegría ahora mismo, ¿Cuándo vamos a tener paz y alegría? ¿Mañana? ¿Pasado mañana? ¿Qué es lo que nos impide ser felices en este instante? Al seguir la respiración, podemos decir “Aquietarse. Sonreír. Momento presente. Momento maravilloso”.