domingo, 7 de febrero de 2010

un guerrero tiene un espíritu indomable



Una vez que ha comprendido cuál es el curso a seguir, un Guerrero pondrá en juego voluntad, sangre y músculos para lograr lo que sea necesario. Por ello, se requiere algo de obsesión para transitar el camino del guerrero. Lo que importa es el horizonte, la promesa de libertad. Eso prima sobre los sacrificios que deba hacer. Paradójicamente, el Guerrero vive a la vez en el presente y por ello no descuida las cosas importantes, nunca actúa ciegamente. La lucidez le permite encontrar la senda para llegar a su meta. Batalla cuando tiene que hacerlo, se repliega cuando es necesario. Cuida de quien lo necesita. Descansa cuando las fuerzas flaquean y sigue adelante. Amanecer tras amanecer el Guerrero se levanta con su objetivo en la mente. Por sólo unos breves y necesarios instantes, el futuro cobra cierta relevancia para él. Eso le permite mantenerse unificado y no dispersar energías.
Puede que la tarea se prolongue por años.
Y en ocasiones, más de lo que él preveía. Pero el Guerrero siempre estará allí, trabajando sin cejar, sin lamentarse. Y un día, tal vez sin darse cuenta, se encontrará a sí mismo mirando las montañas, sus acantilados y sus cimas blancas desde lo alto. Entonces habrá llegado.

Apenas una profunda exhalanción y otra tarea le será dada. El Guerrero partirá.




lucas estrella schultz