miércoles, 14 de abril de 2010
el arquero sin arco, sin flecha, sin blanco
El arquero aprende cuando olvida las reglas del camino del arco y pasa a actuar basándose sólo en su instinto. Pero para olvidar las reglas antes hay que conocerlas y respetarlas.
Cuando alcanza este estado, ya no necesita de los instrumentos que lo ayudaron a aprender.
Ya no necesita del arco, ni de las flechas, ni del blanco, porque el camino es más importante que aquello que lo llevó a caminar.
De la misma forma, llega el momento en que el alumno que está aprendiendo a leer se libera de las letras aisladas y pasa a crear palabras con ellas.
Sin embargo, si las palabras estuviesen todas unidas, no tendrían sentido o dificultarían mucho su comprensión: es necesario que existan espacios entre las palabras.
Es necesario que, entre una acción y la siguiente, el arquero recuerde todo lo que hizo, converse con sus aliados, descanse y se sienta alegre por el hecho de estar vivo.
El camino del arco es el camino de la alegría y del entusiasmo, de la perfección y del error, de la técnica y del instinto.
Pero sólo lo aprenderás a medida que vayas tirando tus flechas.