martes, 6 de abril de 2010

la postura



Una vez se ha entendido el arco, la flecha y el blanco, hay que tener serenidad y elegancia para aprender la práctica del tiro.
La serenidad viene del corazón. Aunque muchas veces lo atormenta la inseguridad, el corazón sabe que, a través de una postura correcta, conseguirá dar lo mejor de sí.
La elegancia no es algo superficial, sino la manera que encontró el hombre para honrar la vida y el trabajo. Por eso, cuando a veces sientes que la postura te incomoda, no debes pensar que es falsa o artificial: es verdadera porque es difícil.
Hace que el blanco se sienta honrado por la dignidad del arquero.
La elegancia no consiste en la postura más cómoda, sino en la más adecuada para que el tiro sea perfecto.
La elegancia se logra cuando se descarta todo lo superfluo y el arquero descubre la simplicidad y la concentración: cuanto más simple y sobria sea la postura, más bella será.
La nieve es bonita porque tiene un solo color, el mar es bonito porque parece una superficie plana. Pero tanto el mar como la nieve son profundos y conocen sus cualidades.