miércoles, 30 de junio de 2010

vaivenes




Cada existencia tiene sus vaivenes,
que es como decir sus pormenores.
El tiempo es como el viento, empuja y genera cambios.
De pronto nos sentimos prisioneros de una circunstancia
que no buscamos sino que nos buscó.
Y para liberarnos de esa gayola es imprescindible
pensar y sentir hacia adentro, con una suerte de taladro
llamado meditación. De pormenor en pormenor vamos
descubriendo el exterior y la intimidad,
digamos el milímetro de universo que nos tocó en suerte.
Y sólo entonces, cuando encontramos al muchacho
o al vejestorio que lleva nuestro nombre,
sólo entonces los pormenores suelen convertirse en pormayores.